Hiperplasia Prostática Benigna

La Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) es el crecimiento excesivo pero no maligno, de la glándula prostática que en algunas ocasiones con el paso de los años puede ocasionar síntomas de dificultad para la salida de la orina que terminan afectando la calidad de vida del paciente.

• Sensación de chorro de orina débil.
• Dificultad para iniciar la micción.
• Orinar muy frecuentemente.
• Sensación de esfuerzo para orinar.
• Tener que orinar varias veces en la noche.
• Sensación de no vaciar completamente la vejiga después de orinar.
• Salida de la orina en forma no voluntaria.
• Sensación de urgencia cuando tiene el deseo de orinar.
• Sangrado en la orina.
• Retención urinaria completa con necesidad de colocación de sonda para poder evacuar.

El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica, el examen físico realizado por el urólogo y en los síntomas que el paciente le refiera. Usualmente se usan algunos estudios de extensión que ayudan a definir el manejo en cada caso particular para el paciente. Estos estudios son entre otros:

• Cistoscopia.
• Ecografía transrectal de la próstata.
• Urodinamia.
• Antígeno prostático específico.

La hiperplasia prostática que no ocasiona  síntomas se maneja con vigilancia activa con control  anual  de los  síntomas, el tacto rectal y medición del antígeno prostático específico. El tratamiento inicial de la hiperplasia prostática cuando ocasiona síntomas entre leves y moderados suele ser con medicamentos llamados alfa bloqueadores uro selectivos, los  cuales ayudan a minimizan los síntomas pero no curan la enfermedad. Cuando estos medicamentos son efectivos para mejorar los síntomas, es necesario tomarlos en forma permanente, en el momento  en que se suspendan es muy  probable que los síntomas,  que mejoraron previamente, reaparezcan.

En el caso de que estos medicamentos no mejoren los síntomas puede  existir indicación de realizar  cirugía.  La elección de la vía quirúrgica se hará según la evaluación de cada paciente.  En caso  de que la vía elegida sea la endoscópica, la cirugía  con mayor seguridad es la CIRUGÍA LÁSER DE PRÓSTATA.  Sin embargo, existen pacientes que deben ser operados con la técnica abierta, según el tamaño de la próstata. Cada caso se evaluará en forma individual.

• Aquellos que no mejoran de los síntomas con los medicamentos suministrados, y que esto altere su calidad de vida.
• Pacientes que  necesiten utilización de sonda para poder evacuar la orina
• Los que hagan episodios repetitivos de sangrados en la orina a causa de la hiperplasia de la próstata
• Los que forman cálculos en la vejiga debido al crecimiento de la próstata.
• A los que el crecimiento de la próstata le esté ocasionando daño de la función del riñón o de la vejiga.
• Los que hacen infecciones urinarias debido al crecimiento de la próstata.